miércoles, 26 de febrero de 2014

Comunicado Oficial del Descubrimiento de Tikal, 1848

GACETA DE GUATEMALA.
Abril 18 de 1848

Ruinas de Tikal

En el ministerio de gobernación se ha recibido una comunicación fechada el 6 de marzo próximo pasado en la ciudad de Flores, departamento del Petén, que contiene el relato de una espedicion hecha por el señor correjidor á las ruinas de la ciudad de Tikal. Con gusto damos lugar en nuestras columnas á esta relacion que consideramos interesante, y creemos que la veran con agrado nuestro lectores. Dice así:

El 23 de febrero último salí de esta con el objeto de visitar las antiguedades de la ciudad de Tikal, llevando en mi compañia una comision municipal compuesta de los señores rejidores Antonio Matos, síndico Jose María Garma, é igualmente de los señores Vicente Diaz y Bernavé Castellanos. La municipalidad de San José nombró otra comision que nos acompañaba, y desde el punto donde dormimos dió principio el diario de la espedicion en la forma siguiente:

Hoy día 24 á las tres de la mañana nos despedimos de los señores que desde la ciudad nos habian venido acompañando: nos embarcamos en dos hermosas canoas y despues de cinco leguas de navegacion, salimos á tierra y empezamos el viaje no sin algun cuidado, pues algunas indíjenas que habitan en el lugar del desembarco quedaron llorando porque sus esposos y el gobernador Ambrosio Tut hacía ocho dias que habían salido á esplorar el camino de las citadas ruinas y temian que hubiesen sido víctimas de los salvajes, de las fieras ó de los enctantamientos; pues estas pobres jentes tienen preocupaciones respecto á las antiguedades de Tikal. Mis compañeros y yo las consolamos y persuadimos de lo contrario, diciéndoles que regresaríamos todos juntos. A las cuatro leguas de camino concluimos la primera jornada en la aguada que llaman la tinta, en donde por el buen tiempo que hacia amarramos nuestras hamacas al abrigo y frescura de la montaña. No dejaba yo de sospechar hubiese sucedido alguna catástrofe al gobernador y sus compañeros, pues hacia cuatro dias que ebian haber regresado. Estos cuidados cesaron felizmente como a las cinco de la tarde en que apreció aquel y cuatro ó cinco individuos mas que lo acompañaban: al vernos sentimos ámbos igual regocijo espresando el gobernador que la causa de su dialcion habia sido por una parte la rectificaion del camino, y por otra la caza de tantos animales y las busca de agua que no encontró en parte alguna, apelando en tan aflictiva circunstancia á dos clases de bejuco grueso que por estos lugares brinda con abundancia la naturaleza; los cuales divididos en partes, brotan chorros de agua sumamente agradable. Le pedí en seguida nuevas noticias de las ruinas de Tikal, y el gobernandor me contestó que aunque se sentia cansado queria tener el gusto de irme a situar al pie de ellas.

Mis compañeros y yo oimos despues con gusto las pocas esplicaciones que hacia el Sr. Tut de la elevacion y magnificencia de aquellos edificios, con lo que obscuració la noche y nos recojimos.

Hoy dia 25 continuaron para San José los que acompañaban al gobernador, y este siguió con nosotros, habiendo escrito con aquellos á los señores alcaldes de su pueblo me remitiesen dos garrafones de agua, juzgando que los bejucos no serian suficientes para auxiliar á 19 personas. Emprendimos la marcha, y á las cuatro leguas siendo como las 9 de la mañana, nos alcanzó el alcalde 1.° de San José que conducia un correo extraordinario del gobierno. Me impuse de él, hice lo que se me prevenia, y nos despedimos del citado alcalde continuando nuestro viaje hasta las cuatro de la tarde que hicimos lato, no con el buen tiempo que empezamos, pues llovió mucho, aunque por lo demas no hubo otra novedad.

Amaneció hoy 26 y seguimos con la esperanza de llegar á las ruinas, pues segun las observaciones que mandé hacer en varios puntos en donde habia árboles de considerable altura, no debia haber mucha distancia. Volvió de nuevo la lluvia con muchos truenos y rayos no comunes en el presente mes, y asi mojados como estábamos, siendo las tres de la tarde, empezamos á observar fragmentos de loza antigua y un monte algo más claro, lo cual vino á despertar la ansiedad natural de aproximarnos al objeto que buscábamos. Poco despues estando en un cerro de regular elevacion, se descubrió en otra altura superior el primer palacio cuya soberbia perspectiva no hubo uno solo de mis compañeros no quisiese disfrutar. Desde entonces empezé á sentir un noble orgullo al ver logrados en tan cortos dias nuestros trabajos, los deseos de tantoas años, con notable oprobio de mis antecesores. Nos aproximamos con mayor entusiasmo hasta ponernos al pie de una hermosa escalera, cuyo paso nos disputábamos subiendo por presipicios y escombros orijinados tal vez por los temblores y elevados árboles. Llegaamos al término de la escalera; mandé tirase la cuerda, y resultó que tenia cincuenta varas de altura y veinticinto de ancho. Luego observamos con dilijencia los demas objetos que encontramos en la primera pieza; no se veian mas que caracteres y figuras en algunas partes de la pared, apreciando lo demas limpio y rebocado con mezcla finísima enyesada, la forma de este palacio va copiada en el papel que dá principio á la coleccion que acompaño: su altura desde el fin de la escalera es de 32 varas, el ancho de 27 y el grosor de las paredes de nueve. En sus contornos se dejan ver los restos de balcones derribados, cuyo meterial descansa al pié formando volcanes de piedra canteada. No es posible hallar espresiones propiar para significar el inmenso espacio que se presenta á la vista desde esta altura en todas direcciones, ofreciendose el mas pintorezco panorama al oriente del palacio; es preciso verlo para sentir los efectos que inspira una perspectiva tan encantadora. Los mismo indijenas que me acompañaban, decian en su idioma que los dueños de aquella casa debieron ser grandes hombres que tendrian millones de operarios. Bien se notó la falta de un anteojo graduado con que habriamos descubierto muchas cosas de importancia, como rios, lagunas, pueblos ó rancherias de salvajes; pero por desgracia no disfrutamos mas que de aquello que la vista natural proporcionaba; y despues de haber descubierto desde esta altura otros palacios de igual elevacion, siendo ya las cinco de la tarde con la imajinacion aturdida, descendimos á comer y dormir para continuar mañana estos importantes descubrimientos. (Continuará.)

GUATEMALA, Mayo 18 de 1848
(Continúa)

Día 27, tan nublado como el de ayer; me dirijí con el gobernador y demas señores al palacio de enfrente situado á dos cuadras de distancia, y aunque no habia ni aun vestijios de su escalera, subimos a su mayor altura. En mucha parte aparece deteriorado; pero se encuentran algunas piezas útiles y habitables. Los techos son de cañon, y se observan á ciertas distancias palos rollizos atravesados como para amarrar hamacas. La altura y dimensiones de este palacio son iguales á las del primero; sus paredes tienen dos varas y media de grueso: en su interior se forman calles de dos varas y media de ancho y como de cuarenta de largo, incluyendo tres y cuatro divisiones bajo un mismo techo. No aparecen señales de haber tenido puertas de madera, por que se advirtieran en los marcos; unicamente se ven respiraderos en varias partes, de una vara al traves y dos cuartas de ancho. Los techos de las entradas de este y el anterior palacio son de tinta rolliza; en distintos lugares del inteior hay caracteres escritos, caras y animales desconocidos. Desconsolado de no haber encontrado algún otro objeto curioso que extraher, descendí á observar la plazuela que se hala al pié, y entonces quiso la suerte obsequiar mis constantes anhelos; simultáneamente fuimos descubriendo personajes de piedra de cinco y seis pies de alto; los que mandé limpiasen, como yo mismo lo hacía, con mucho cuidado, y que se desmontase al rededor para que les diese el sol quiza despues de muchos siglos. En la circunferencia y grueso de las lápidas aparecen carácteres que van copiados juntamente con las estatuas de ambos sexos, conforme a nuestra vista y á la intelijencia del pintor. El regocijo con el hallazgo de objetos de tanto mérito se multiplicó en la comitiva y empeñó mas mi curiosidad; mandé que se explorase con solicitud y esmero aquel recinto, y aparecieron once estatuas de la figura espresada, aunque con diferentes adornos; tres en piedras redondas y otras once lápidas preparadas como para recibir alguna impresion, todas formando calle á diferentes distancias. También aparecen en el mismo siete ú ocho piedras redondas como las ruedas de una calesa, y otras que deben contener algun objeto; pero el cansancio de los mozos no ha permitido descubrir mas, pues todo este día, excepto los intérvalos para almorzar y comer, lo pasamos en el descubrimiento y observación de las estatuas, considerando que las personas que representan, sin duda por su civilización y grandeza, despues de tantos centenares de años, han hecho llegar hasta nosotros su memoria. En estas consideraciones, nos faltó el sol por la elevación de las montañas, y nos retiramos á dormir si poder fijar nuestros juicios acerca de la época de estos monumentos y de la raza de sus fundadores.

Hoy 28 nos encaminamos al otro palacio situado á igual distancia, y aunque con mucha dificultad, auxiliado de las raíces de los árboles, llegamos á lo principal del edificio. Este en nada discrepa de los otros; aparecen algunas piezas completamente arruinadas, otras al destruirse por la violencia de las raices que a pesar de su enormidad, nos penetras hasta el inteior; pero no le faltan piezas útiles y habitables, siendo sus paredes de tres varas de grueso. Como nuestro objeto era rejistrar prolijamente por ver si encontrabamos alguna curiosidad, no faltó quien observara el techo de la entrada principal, y reconocimos con sorpresa que estaba cubierta de vigas de chico-sapote en las cuales se ven labradas figuras con admirable delicadeza, y muchos caracteres iguales á las copias que mandé sacar y aparecen en la colección. Descendimos, y observando la circunferencia, la encontramos igual á la de los otros palacios. Visitamos otros edificios no menos magníficos, aunque no tan elevados; deteriorados en su mayor parte por la corpulencia de los arboles, cuyas racies no aciertan á penetrar la fina mezcla y buena construcción de las paredes, por lo cual no faltan piezas habitables. Fatigados de subir y bajar tantos precipicios, y hundidos en tristes y melancólicas reflexiones al ver tantos escombros y ruinas, siendo la hora de retirarnos, lo hicimos mejorando de ideas al encontrar en nuestro dormitorio los garrafones de agua que habiamos pedido; con lo cual quedaron desocupados los mozos destinados á conducir los bejucos. - (S. C.)

GUATEMALA, Mayo 18 de 1848
(Concluye)

Veintinueve y último día de febrero: en este dia resolví de común acuerdo con la comitiva, destinar cuatro hombres que escalasen con barretas por la parte que indicase haber sido tapiada para impedir el conocimiento interior del palacio, con el único objeto de ver si se encentran ídolos ú otros objetos escondidos por sus poderosos dueños, quedando los demas indijenas espeditos y provistos de pertrechos para la caza de toda especie de animales, áves y cuadrúpedos, con cuyo auxilio sobrarán víveres para regresar, pasando el resto del día en revisar las imediaciones de nuestro dormitorio todas cubiertas de escombros y hermosísimas piedras canteadas de las casas que han dado en tierra: siendo las tres de la tarde, regresaron los destinados á la caza con una porción de micos, faizanes y cojolitos, asegurándome el Sr. Castellanos y los comisionados indíjenas, que sobre mas de una legua siguen las casas de calicanto, encontrándose algunas paradas, pero sin puertas; trajeron ademas una flecha y noticias de haber visto muchos rástros de lacandones, cuya población no debe estar lejos de nosotros; los escaladores también bajaron esponiendo que no pudieron penetrar mas que dos varas de la pared, dejando para mañana su continuación.

Marzo 1.° Hoy me dirijí, excitado por la curiosidad, con el Sr. Garma y seis hombres á despojar de las raices de los árboles una lápida ovalada de mas de dos varas de alto, una y media de ancho, y como media tercia de grueso; el buen éxito correspondió á mis deseos, y esfuerzos de los operarios, pues al desprenderse los árboles y voltear la piedra, apareció una figura que segun sus adornos debe representar á la esposa de un monarca, segun lo demuestra la copia que al momento mandé sacar y va en la colección. Bajo de esta resultó otra rueda como de cinco cuartas de diametro, por desgracia mutilada, que contenía una deidad, en seguida descubrí otra igual con una especie de águila o serpiente, ni una ni otra pudo el maestro Sr Eusebio Lara trasladar al papel, por la dificultad de distuinguir claramente el objeto. Despues de esto, en el mismo lugar, destiné al Sr. Lara á que tanto de la circunferencia de las estátuas en piedras, cuanto de las dibujadas en las vigas de chico-sapote que forman la puerta principal de tres palacios, acábase de copiar con el posible esmero las letras que contienen, cuyas inscripciones algo de importancia deben revelar, mas solo en la corte podrán encontrarse anticuarios profesionales del idioma, y sinó, yo debo cumplir con este deber, pues me seria sensible que otros curiosos extranjeros, vengan á dar publicidad á los objetos que estoy viendo y palpando. Vengan en hora buena esos viajeros con mayores posibles y facultades intelectuales, hagan escavaciones a pié de las estatuas, rompan los palacios y saquen curiosidades y tesoros que no podrán llevar sin el debido permiso; jamas podrán nulificar ni eclipsr el lugar que me corresponde al haber sido el primero que sin gravar a los fondos públicos, les abrí el camino, y que tuve el honor de comunicar al supremo gobierno de nuestra República, cuanto interesante y superior se encuentra en la capital de este imperio, sin miras de interes particular, unicamente satisfechos y persuadido que mi persona y cortos bienes pertenecen a la patria, al gobierno y a mis hijos. Entró el sol y los escaladores bajaron del edificio sin éxito, después de haber profundizado una vara más: el pintor me dio cuenta de sus trabajos que examiné con atención; y estando todos reunidos, llegaron dos mozos, uno con un poco de bastimento y otro con un garrafon de agua que mi esposa me remitió; a cuya vista resolvimos por votación jeneral, estar un dia mas: recibimos cartas de personas notables de la ciudad y del señor alcalde 1.°, que me participan la jeneral tranquilidad que se disfruta, y la ansiedad pública por saber si existían o no esta antigüedades: conversando con los demas señores acerca de las preocupaciones vulgares que ocupan a la mayor parte de nuestros pueblos con relacion a los encatamientos, nos entro la noche que parecía muy serena.

Dia 2., con buen tiempo: reunido con los señores municipales Matos y Garma y los señores Diaz y Castellanos, pase a visitar por depedida a las estatuas de piedra y á los cuatro palacios qu quedan por la banda del norte y oriente de este a cuyos pies estamos; dejamos en el interior de sus paredes nuestros nombres y una inscripción fechada en ue como correjidor y comandante declaraba aquellas ruinas y monumentos como propiedad de la República de Guatemala en el territorio del distrito del Peten; varias veces reflexionamos y disputamos acerca de los fundadodres de esta nacion que debio ser muy populosa de orijen, civilizacion, ciencias y artes, la clase de su gobierno, costumbres, comercio &e. La elevación de estos palacios, plazas, fosos, estatuas, letras en piedra y madera todo ofrece un campo inmenso, de donde el poeta y el historiador podrían sacar las ventajas y utilidades que ellos deberían conocer. Despues de reflexionar sobre puntos de tanta gravedad, nadie podia afirmar su opinion, viniendo á convenir en que la raza que pobló estas rejiones, salió de los que quisieron inmortalizar sus nombres construyendo una torre en que fueron confundidos. Puede suceder que posteriormente se hable con mas propiedad y certidumbre, pero entretanto, creo que mi juicio no es temerario.

Al pié de las cópias de las estatuas y objetos que se acompañan á esta relación, se hace la advertencia de lo que es en piedra y madera, y si en su dibujo aparecen defectos, no deben ser notables, pues los que suscriben con migo han visto los orijinales y las cópias, y convienen en su exactitud; por lo demas suplico al supremo gobierno y á los facultativos tengan la bondad de disimular, puesto que unicamente hacemos lo que podemos.

El Sr. Gobernador Tut antes de separarnos de esta mansion deliciosa, me aseguró que su abuelo le contaba haber visto á la orilla de una laguna que solo distará tres leguas, un toro muy hermoso, perfectamente labrado, de piedra, lo que me hace juzgar que aquellos habitantes poseian el ganado vacuno; no perdiendo la esperanza de ir a reconocer dicho objeto y otras antigüedades que el mismo gobernador me ha ofrecido mostrar tambien, con estatuas como esta. Entro la noche, y habiendo dejado listas las cargas que deben regresar, nos dormimos.


Marzo 3: al amanecer de este dia el movimiento de veintitres personas empezó mas temprano que antes, formando cada uno de los indijenas su botin de animales asados, en cuyo espendio nada mas pensaban; no así los demas señores y el que suscribe, que despues de seis dias de residencia en esta antigua ciudad, hemos contraido las afecciones naturales á los venerables personas que diariamente visitabamos, pero llegó la hora y les volvimos la espalda, despues de fechar ésta en la capital del imperio de Tikal, á los tres dias del mes de marzo de mil ochocientos cuarenta y ocho. -El correjidor, Modesto Mendez. Ambrocio Tut. Antonio Matos. Eusebio Lara. Jose Maria Garma. Por los señores comisionados Antonio Moó y Eulojio Chayax, y por mi, Vicente T. Diaz. Bernabe Castellanos.

viernes, 21 de febrero de 2014

La Naturaleza Dual de la Biblia

La Biblia es la Palabra de Dios, y la Biblia fue escrita por seres humanos en culturas antiguas. Estas dos afirmaciones son verdaderas. La primera es una afirmación de fe; la segunda es cuestión de registros históricos. Ambas son importantes para la iglesia.

La iglesia busca verdades en la Biblia porque es la Palabra de Dios. Al ser la Palabra de Dios, la Biblia es una autoridad; revela a Dios. Pero Dios siempre se revela a nosotros a través de cosas de nuestro entorno: acontecimientos (ej: el éxodo de Égipto), los ritmos del mundo natural (ver Salmo 104), fenómenos como tormentas (ver Salmo 29), y así sucesivamente. Por lo que no es sorpresa que Dios se revelara en un libro que es un vestigio de culturas antiguas – la Palabra de Dios llega a nosotros en y a través de las palabras de seres humanos.

Puede parecer extraño que Dios utilizara elementos ordinarios del mundo como vehículos de revelación. ¿Por qué Dios no simplemente se nos aparece? La respuesta es que Dios no se aparece. Dios “vive en luz inaccesible, a quien nadie ha visto ni puede ver” (1 Tim 6:16). La revelación de Dios es por lo tanto siempre indirecta. La presencia de Dios, aun cuando es más vívida, viene a nosotros a través de elementos que están en el mundo, como cuando Ezequiel “vió visiones de Dios” en su experiencia del viento tempestuoso que venía del norte (Ezq. 1) y cuando Jeremías en un momento de discernimiento profético escuchó a Dios hablar mientras observaba a un alfarero trabajando el barro (Jer. 18:1-11). La revelación, en otras palabras, ocurre cuando Dios toma algo del mundo creado y lo usa para dar a conocer a Dios mismo. Nosotros “vemos” a Dios y “escuchamos” a Dios en nuestra experiencia de cosas ordinarias. De manera que un entendimiento cristiano de la Biblia tiene que tomar en cuenta el estátus de la Biblia como la Palabra de Dios y también su estátus como un objeto histórico y humano. Es este libro tan humano el que, al mismo tiempo, es la Palabra de Dios para nosotros.

Podemos ver cómo lo divino y lo humano se unen en la Biblia si pensamos en Jesucristo. Jesucristo es la unión perfecta de Dios y la naturaleza humana – no una combinación 50/50 o una mezcla. Él es la encarnación del Hijo divino. Pero él también es humano en todo el sentido de la palabra. Como divino, Jesús es la presencia plena, completa de Dios entre nosotros. Como humano, Jesús de Nazaret era como el resto de nosotros. Tenía una estatura y un peso dado. Tenía comidas favoritas y comidas no tan apetecidas. Cuando se golpeaba el dedo del pie con una piedra, sangraba. Cuando se enfermaba de gripe, le dolía la garganta. Y así este hombre era Dios, la presencia divina entre nosotros.

Al pensar en Jesús vemos que Dios es capaz de usar y transformar la naturaleza humana para que sea un instrumento útil para la voluntad y revelación de Dios. En Jesucristo esto ocurre a través de la unión del Hijo y la naturaleza humana. Esta unión crea una persona que es completamente divina y completamente humana. La naturaleza divina no compromete o disminuye la naturaleza humana; la naturaleza humana no compromete o disminuye la naturaleza divina. La dos naturalezas están unidas en una persona en una armonía maravillosa.

Pensar en Jesucristo de esta manera nos ayuda a entender cómo la Biblia puede ser la Palabra de Dios y también las palabras de seres humanos. Como con Jesucristo, la Biblia tiene un carácter divino-humano. Por supuesto, a diferencia de Jesucristo, la Biblia no es una persona divina-humana; la Biblia es una analogía de Jesucristo pero solo una analogía. Sin embargo, en la Biblia Dios usa cosas humanas – pensamientos, sentimientos, escritos – para revelación de manera que la Palabra de Dios y estas palabras humanas queden unidas e inseparables. La unión de la palabra Divina y las palabras humanas es la razón por la que el Nuevo Testamento a veces atribuye los escritos del Antiguo Testamento al Espíritu Santo (Hechos 28:25), a veces al Espíritu a través del ser humano (4:25), y a veces a escritores humanos (2:25). Pensar en la Biblia como divina y humana preserva las convicciones del Nuevo Testamento de que la Biblia es la Palabra de Dios y también de que es, en todo el sentido de la palabra, un trabajo completamente humano.

jueves, 13 de febrero de 2014

¿Cuál es el significado del término "Maya"?

El significado del término Maya ha cambiado significativamente a lo largo de los años, y aun hoy su uso requiere de un análisis y explicación cuidadosa. Originalmente, desde el tiempo de la conquista hasta el siglo XX, la palabra se aplicó únicamente a los indígenas de la parte norte de Yucatán, hablantes de lo que ahora se denomina idioma yucateco. Esta área fue conocida históricamente como Mayab antes de la llegada de los españoles, y Maya era el término utilizado por los habitantes para referirse al área cultural más amplia, que incorporaba un número de estados indígenas que compartían idioma, economía y cultura. Es importante notar que en ese tiempo ningún grupo indígena fuera de Yucatán utilizó el término Maya para referirse a ellos mismos. También es importante notar que Yucatán (Mayab) era la región donde se decía que ocurrió la transición entre indígenas antiguos y modernos, una afirmación que sugería que las poblaciones indígenas de Yucatán eran descendientes directos de los constructores de las ruinas arqueológicas cercanas del área—un argumento promovido a la fuerza por el explorador John Lloyd Stephens desde 1841.

Maya por lo tanto tomó un significado arqueológico; se veían "ruinas Mayas" por todos lados, y en las exploraciones a través de las selvas remotas de Chiapas y Guatemala se decubrían más vestigios "Mayas". Los primeros académicos de los idiomas indígenas también reconocieron que el lenguaje Maya que se hablaba en Yucatán estaba relacionado con el K'iché, Tzotzil, Tzetzal, y otros idiomas hallados en las montañas al sur. Con el tiempo fueron clasificados como idiomas "Mayences" o "Mayas", dándole prioridad al término étnico que antes había sido aplicado únicamente a los indígenas de Yucatán. No pasó mucho tiempo antes de que el término Maya fuera aplicado ampliamente por los antropólogos e historiadores a los muchos pueblos e idiomas del área, también a aquellos que nunca habían utilizado el término para referirse a ellos mismos. Aún hoy, relativamente pocos grupos K'iché y Tzotzil preferirían llamarse Maya, dado que el término tiene poco significado o contexto para ellos. Maya se ha convertido en un término étnico ampliamente impuesto por fuerzas externas y los medios de comunicación a grupos diversos pero relacionados.

Hoy, ha tomado un nuevo significado a medida que los grupos indígenas han forjado una nueva identidad colectiva, y a medida que políticos y activistas sociales recurren al enorme legado arqueológico, con esperanzas de crear una coalición más fuerte de grupos indígenas que ha sido mucho muy diversa.

lunes, 10 de febrero de 2014

Apuntes sobre la Historia Natural del Quetzal / Luis Villar Anleu


Introducción

¿Qué misterios han rodeado al quetzal para convertirlo en símbolo mítico, patriótico y místico? De hecho no hay sólo una respuesta, y las que se pueden dar asombran porque dan al ave una imagen de imponente espectacularidad.

Desde tiempos muy antiguos, en la época de nuestros antepasados prehispánicos, fue elevado con el nombre de Kukulcán (también Gucumatz y Quetzalcoatl) a un rango de divinidad religiosa. Aparece prácticamente en toda la literatura indígena y en muchas de las tradiciones de la antigua narrativa mesoamericana.

Dió su nombre a la moneda de Guatemala y se incorporó al escudo de armas de la nación.

Los poetas, no siempre basados en la realidad, lo han hecho volar más alto que el cóndor y el águila y han mitificado una equivocada idea de símbolo de libertad.

Se antoja irónico el hecho de que, siendo el ave de la que más se habla en el país que lleva su nombre (Quaujtlimallan: águila cautiva de verdes plumas) es también el ave menos conocida y menos vista en su habitat natural.

¿Por qué esta última condición? Porque su habitat resulta tan misterioso como el propio quetzal: un bosque de altura, generalmente oscuro y húmedo, casi inaccesible y envuelto la mayor parte del tiempo de una niebla opresora. Con un dosel arbóreo denso y del que el ave generalmente no sale, el bosque que vió el nacimiento de esta maravilla de la creación natural comparte con él sus secretos y guarda su misterioso romanticismo.

El intentar descubrir los secretos de su biología y entrar en el campo de su historia natural nos conducen a un conocimiento que sobrepasa, en mucho, el romanticismo anecdótico y literario. Esa es la intención final de estos apuntes: mostrar una realidad que es más espectacular que la leyenda.

Clasificación y denominación

El quetzal es una de las aves reconocidas y aclamadas mundialmente como de las más bellas sobre la tierra. Hay muchos factores que contribuyen a ello, pero especialmente la prestancia que le proporcionan el penacho, sus largas plumas caudales, la disposición de sus cobertoras alares, el brillo de su plumaje y la majestuosidad de su vuelo.

Posición taxonómica

en el transcurso de varios millones de años, los miembros de la familia del quetzal evolucionaron hasta adquirir sus adaptaciones actuales. Dentro de este esquema evolutivo, al final, ocuparon un lugar entre las familias de los colibríes (Trochilidae) y la de los martín pescadores (Alcedinidae).

Actualmente se clasifica así:

Clase: Aves
Subclase: Neornithes
Superorden: Neognathae
Orden: Trogoniformes
Familia: Trogonidae
Género: Pharomachrus
Especie: Ph. mocinno
Variedades: Ph. m. Mocinno y Ph. m. Costaricensis

¿Por qué el quetzal se llama Pharomachrus mocinno?

El término latino Pharomachrus, que significa “rayo de luz”, fue utilizado por el naturalista mexicano Pablo De la Llave para crear un nuevo género en la clasificación de las aves trogónidas, y se lo dio a los ejemplares que, de las selvas guatemaltecas, le habían sido enviadas por el también naturalista don José Mariano Mociño.

Como es usual entre algunos sabios, De la Llave reconoció los méritos de su colega Mociño bautizando al quetzal con su nombre latinizado, mocinno, de allí que el quetzal se llame Pharomachrus mocinno, tal y como fué descrito en el año 1832.

En la actualidad, los ornitólogos reconocen la existencia de dos variedades de quetzales:
  • el del Norte, cuyo centro de origen se cree ubicado en Guatemala, distribuido actualmente en el Sur de México, Guatemala, y parte de Honduras y El Salvador, denominado Pharomachrus mocinno mocinno; y,
  • el del Sur, derivado del quetzal guatemalteco, distribuido en parte de Nicaragua, Costa Rica y parte de Panamá, denominado Pharomachrus mocinno costaricensis.
Ocasionalmente se han dado al quetzal otros nombres científicos, los que ahora se encuentran en desuso. Son simplemente sinonimias, por ejemplo:

Trogon pavonius
Trogon paradiseus
Trogon resplendens
Calumus resplendens
Pharomachrus paradiseus
Pharomacrus costaricensis

Nombres vernáculos

Antes de la fecha mencionada anteriormente, 1832, el quetzal era ampliamente conocido por los indígenas mesoamericanos, quienes incluso comerciaban con sus plumas caudales.

Entre las referencias históricas que lo mencionan, en 1574 los frailes dominicos preparan una “Relación de la Verapaz hecha por los religiosos de Santo Domingo de Cobán”, en donde dicen de él:
“hay un pájaro verde que es del tamaño de paloma, cuya pluma es estimada entre los indios, (...)”,
y el eximio Fray Francisco Ximenez, en su “Historia Natual del Reino de Guatemala”, escrita en 1722, dice de él:
“Quetzal, Esta ave es de las más hermosas que tiene aquesta América, (...)”.
El nombre “quetzal” fué heredado de lenguas mexicanas, pero se conocen también los términos:

Kuk (maya)
Kughug y gugú (quiché)
Cucuj (quekchí)
Quetzaltototl (azteca)
Quetzalli (tolteca y nahoa).

Morfología

El quetzal es un ave en el que las diferencias físicas entre el macho y la hembra son bastante marcadas; por ello se dice, técicamente, que tiene dimorfismo sexual.

Algunas de las caracterísiticas que distinguen a machos de hembras son:
  • Tamaño: en general, la hembra es más pequeña que el macho.
  • Plumaje: en general, opaco en las hembras; brillante en los machos.
  • Cabeza: en el macho coronada de un penacho de plumas. La hembra no tiene.
  • Pecho: rojo carmesí en los machos; verde en las hembras.
  • Cola: verde y muy larga en los machos (hasta un metro); corta y con bandas transversales regulares blanco grisáceo en las hembras.

Aún comparado con los otros miembros de su familia (Trogonidae), el quetzal tiene una caracterísitica excepcional y única: la tendencia al desarrollo exagerado de las plumas cobertoras de las alas y de la cola.

En las alas, este crecimiento inusual de las cobertoras provoca un hecho singular: en estado de reposo, éstas plumas, de color verde iridiscente, se insinúan sobre el pecho, como si lo abrazaran, aumentando la imágen gallarda del ave. En la cola, el efecto es más obvio y espectacular: el desarrollo de un apéndice caudal que puede llegar a ser hasta cuatro veces más grande que el tamaño del propio cuerpo.

Características menos espectaculares pero propias del quetzal, son también las siguientes:
  • Pico de color amarillo y bordes ligeramente aserrados, corto, ancho y robusto, con cerdas en la base; boca ancha.
  • Los pies y las patas son cortos (los tarsos miden alrededor de 2cm promedio, en los machos) y débiles, amallentas.
  • Cuello corto y grueso.
  • Ojos ligeramente salientes, en una cabeza angosta, afilada y aguda. Esto seguramente le proporciona un ángulo visual de 360 grados.
  • Plumaje suave, laxo y brillante, color verde en el cuerpo, cabeza y cuello. El color verde lo causa la presencia de colorantes pirrólicos y a la luz del sol es notablemente iridiscente por la interferencia de los rayos luminosos por filas de gránulos de melanina. Estos pigmentos, su disposición y el ángulo de incidencia de los rayos luminosos provocan que en determinadas circunstancias el quetzal se ve más azul que verde.
  • Pecho y abdomen de color rojo carmesí en los machos; en las hembras solamente es rojo el abdomen.
  • Alas no muy largas (en el macho miden alrededor de 20cm); provistas de plumas cobertoras verdes, plumas remeras negras (al igual que las caudaes de la parte central) y tres plumas directrices blancas en cada ala.
Por último, debe hacerse sobresalir una característica excepcional que el quetzal posee en común con los miembos de su familia y que es única entre las aves: sus patas son heterodactilas. Este término se usa para indicar la disposición de dos dedos para adelante y dos para atrás; parecería que existe semejanza con las patas de loros, guacamayas, pericas y tucanes, sin embargo no es así. Sólo en los trogónidos son los dedos números uno y dos lso que se dirigen hacia atrás y los dedos números tres y cuatro hacia adelante (comparados con una mano humana, sería como si pulgar e índice fueran hacia atrás y medio y anular hacia adelante, mientras que meñique estaría atrofiado).

Comportamiento

Es un ave que habita el dosel arbóreo, tímida y sumamente cautelosa. Al posarse durante sus viajes exploratorios lo hace con el pecho y el abdomen (muy visibles por su color rojo) en posición contraria a cualquier peligro potencial o sospechoso; en esta situación el cuerpo permanece casi inmóvil, sólamente la cabeza se mueve lentamente de lado a lado. La cola en el macho no cuelga libremente sino que forma con la vertical un ángulo de 15 a 20 grados.

Generalmente permanece posado sobre las ramas de los árboles, y cuando vuela lo hace especialmente por trechos cortos. El vuelo es rápido y vigoroso, majestuoso, en línea recta; durante el vuelo el quetzal se cuida mucho de no estropear sus largas plumas cobertoras supracaudales.

Durante casi todo el día el quetzal permanece silencioso, no así duante el alba y, aunque menos frecuente también al atardecer, en que deja ori su canto gutural ronco. Su canto es monótono y difícil de imitar con la boca; su onomatopeya es también, por lo tanto, difícil de graficar con caracteres tipográficos. Algunos intentos de expresarlo son: guác-guác-guác; algunas veces se escucha más triste y suena más o menos como: güiii-güiii-güiii ó góiii-góiii-góiii. A veces el macho emite su llamada territorial: un canto más melodioso que suena como un silbido bitonal corto.

Se dice de los quetzales que son aves territoriales; es decir, que cuidan un territorio mínimo, que consideran como propio. Según se ha estimado, el territorio posee más o menos 300 metros de radio a partir del tronco en que se encuentra el nido, lo cual da un área de aproximadamente 0.28 kilómetros cuadrados. Aunque no se ha demostrado que exista competencia intraespecífica, si existen observaciones de la agresividad con la que el macho actúa contra sus enemigos potenciales, especialmente contra los tucanes que comparten su habitat (tucán esmeralda, Aulacorhynchus prasinus), si considera que se aproximan mucho a su nido.

Comportamiento reproductivo

La temporada de apareamiento toma lugar durante los meses de marzo y abril; una de las principales manifestaciones de cortejo es un golpeteo más o menos rítmico que el macho efectúa con el pico sobre el tronco de un árbol muerto, pero en pie (tocón). Durante el cortejo, además, el macho dilata y exhibe el pecho rojo, y hay una aprente erección de las plumas de la cresta.

Una vez formada la pareja y preparado el nido, la hembra pone dos huevos de color azul-verdoso que miden entre 30 y 35 mm de largo por alrededor de 20 a 29 mm de ancho. Durante la estación de cría, que comprende aproximadamente los meses de mayo a agosto, la pareja se turna durante todo el día para la incubación de los huevos, la cual dura unos 18 días.

Al nacer, los pichones tienen la piel desnuda y rojiza; al cabo de una semana ya se encuentran cubiertos de un fino plumón blanco-grisáceo.

El quetzal debe hacer su nido en tocones de “ujushte” (brosimum costaricanum) o de “pino triste” (Pinus pseudostrobus) a una altura que oscila entre unos 9 y 24 metros del suelo. Aunque su pico es relativamente robusto, el tocón para anidar debe tener un alto grado de descomposición; se ha visto, sin embargo, efectuar algunos nidos en troncos de madera muy suave.

Eventualmente el quetzal utiliza nidos abandonados por pájaros carpinteros de la familia Picidae, tal y como el carpintero de copete rojo Campephilus (Phloeoceastes) guatemalensis, o bien de trepadores de la familia Dendrocolaptidae, tal como el trepador Lepidocolaptes affinis affinis. No es infrecuente que también utilice los nidos abandonados por el tucán esmeralda. En cualquier caso, la pareja de quetzales se ocupan de agrandar lo suficiente los agujeros abandonados.

El nido tiene una sola entrada, no más grande que lo absolutamente necesario para permitir la entrada del ave, y la cavidad interior es apenas lo suficientemente grande para permitirle volverse. Interiormente posee pocas características de nido: no más que una pequeña capa de partículas, astillas, viruta y aserrín sobre la cual depositan los huevos.

Se ha sugerido que la perforación de un nido o el agrandamiento de un agujero abandonado, forman parte del cortejo y que ambos juegan un importante papel en el ciclo reproductivo de la especie. Tanto esta acción como el picoteo rítmico de los tocones aparentemente tienen como una de sus funciones la estimulación grandular para la liberación de hormonas sexuales.

Hábitos alimenticios

Las aves adultas disfrutan de una dieta que es básicamente fruguívora, compuesta esencialmente por los frutos de cacao volador (Virola guatemalensis), aguacatillo blanco (Nectandra glabrescens), aguacate de mico (Ocotea dendrodaphone), Kahoj (Ocotea verapazensis), capulín (Trema micrantha) y otros.

Los pichones, sin embargo, tienen una dieta esencialmente carnívora. Luego del nacimiento, los machos adultos son los responsables directos de su alimentación, y durante la primera semana de vida los proveen en abundancia de ronrones, saltamontes, termitas, hormigas y orugas.

Después de la segunda semana de vida la dieta carnivora es cambiada por la fruguívora del adulto. Cuando han alcanzado alrededor de cuatro semanas de vida, las avecillas se encuentran ya en posibilidad de automantenerse, aunque los padres aún los cuidarán unos días más.

Hábitat

La variedad guatemalteca es un ave propia de la América subtropical, con notable predilección por los llamados “bosque nublados”, “bosque lluviosos” o “montañas de altura”; bosques vírgenes con altitudes promedio de 900 a 3,200 msnm en los que las principales especies clímax son: amates (Ficus spp.), robles y encinos (Quercus spp.), pinos (Pinus pseudostrobus y Pinus oocarpa), pinabete (Abies religiosa), aguacatillos (Persea spp., Ocotea spp. y Nectandra spp.), ujushte (Brosimum costaricanum), cedro (Cedrela spp.), ilamos (Alnus spp.), ciprés (Cupressus spp.) y enebro (Juniperus spp.).

En el Biotopo “Mario Dary” para la conservación del Quetzal, se tiene un magnífico ejemplo del tipo de habitat de este trogónido. Dicho Biotopo es una muestra de bosque latifoliado montano bajo de tipo nublado, dominado por fagáceas (familia a la que pertenecen los robles y los encinos) y lauráceas (familia a la que pertenecen los aguacatillos).

Distribución Geográfica

El área de disbribución de la variedad guatemalteca (Pharomachrus mocinno mocinno) va desde la región mexicana de Chiapas hasta una parte de la región Norte de Nicaragua. En Costa Rica y parte de Panamá se encuentra la variedad ligeramente más pequeña Pharomachrus mocinno costaricensis.

En Guatemala se localiza actualmente en algunos cuantos “bolsones” ubicados en siete regiones geográficas bien establecidas, que comprenden parte de los departamentos de Huehuetenango, El Quiché, Alta Verapaz, Baja Verapaz, parte Norte de Zacapa y El Progreso y en el Este de Izabal. Regiones menores se localizan en partes de Sololá, Suchitepéquez, Sacatepéquez y Escuintla.

Algunos de los macizos orográficos involucrados en esta distribución son: las sierras de Los Cuchumatanes, De Chamá, De Santa Cruz, De las Minas y de Chuacús; las vertientes volcánidas de San Pedro y Tolimás (vertientes Sur), las de Agua, Fuego y Acatenango.

Datos Complementarios

La familia Trogonidae a la que pertenece el quetzal es de distribución mundial; sin embargo, no es muy numerosa, ya que solo se conocen 35 especies vivas (y 6 fósiles). Son aves de movimientos locales, pero ninguna es migratoria.

En Guatemala la familia está representada por 7 especies, de las cuales el quetzal es una. Las 6 especies restantes reciben distintos nombres locales, pero especialmente se les llama “auroras” y “quetzalillos”. Técnicamente, y siguiendo la forma más sencilla de clasificación, se agrupan todas en el género Trogón.

Así, en Guatemala existen: Trogon massena, Trogon citreolus, Trogon mexicanus, Trogon elegans, Trogon collaris y Trogon violaceus.