Miguel Angel Asturias basa Mulata de Tal en la leyenda popular guatemalteca del hombre que vende su mujer al diablo a cambio de riqueza ilimitada. La novela inicia con Celestino Yumí caminando en la feria del pueblo con la bragueta abierta, para pagar el pacto que hizo con Tazol, el diablo de tuzas. De esta manera Yumí hará que las mujeres pequen al verle sus partes. Exitoso en esta tarea, Tazol luego le dice a Yumí que para obtener toda la riqueza también tiene que entregarle a su mujer, Catalina Zabala. Yumí, al principio, no quiere, pero la promesa de riquezas, fama y poder es grande y accede. Tazol agarra a Catalina, o Niniloj, como Yumí le dice, y le da a Yumí sus deseos – tierras, cosechas y dinero abundante.
Ya siendo rico, Yumí descubre que lo
que Tazol le había dicho era verdad: Todos van a respetar su opinión
cualquiera que sea, no porque sepa nada sino porque es rico. Sin
embargo Yumí encuentra que la riqueza y el poder no compensan la
pérdida de su esposa; extraña su amor y se entrega a la bebida.
Mientras asiste a un evento religioso con su amigo Timoteo Teo
Timoteo, conoce a la Mulata. Bolo y presa de la lujuria, Yumí se
casa con ella en una ceremonia civil y se la lleva a casa. Ahí, en
la cama, Yumí descubre que la Mulata, para su sorpresa y vergüenza,
es bisexual y peligrosa. Tan animal como humana, lo domina y
atormenta de manera que Yumí encuentra aterador quedarse con ella.
Trata entonces de anular el pacto con Tazol, y tiene exito al
recuperar a Catalina, que ha sido convertida en enano por Tazol.
Catalina regresa a vivir con Yumí y su nueva esposa, y la Mulata la
ve al principio como un juguete humano pero se cansa y entonces
prefiere maltratarla. Yumí y Catalina esperan librarse del control
de la Mulata, y Catalina, astutamente, en vista del peso de la
Mulata, la lleva a una cueva y la encierra, pero la Mulata escapa,
provocando una erupción volcánica cataclismica que destruye a
Quiavicús y toda la riqueza de Yumí.
Ahora, más desventajado que antes del
pacto con Tazol, Yumí no sabe qué hacer. Catalina, que en su trato
con Tazol y la Mulata ha agarrado gusto por la brujería, convence a
Yumí a irse con ella a Tierrapaulita, la ciudad donde todos los que
quieren aprender brujería deben ir. Al no poder pasar las “nueve
vueltas del diablo”, se regresan, y luego intentan ir de nuevo.
Esta vez, Catalina se pone en el pecho una cruz con la imagen de
Tazol, hecha de tuzas, y los poderes del diablo se neutralizan. De
esta manera, llegan a Tierrapaulita con la protección de Tazol,
aunque el diablo mismo tiene temor de entrar a Tierrapaulita.
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Yumi y Catalina se dan cuenta que
Tierrapaulita es un lugar fantástico y aterrador que, a pesar de lo
mucho que quieren tomar el poder de la magia, deciden irse. Cashtoc,
el inmenso, el demonio de tierra roja del mito indígena, impide que
se vayan, empleando otros demonios de Xibalbá. Catalina da a luz a
Tazolín, concebida por Tazol, y se convierte en la gran Giroma, la
madre de las magias. Para vengarse de Yumí por su pacto con Tazol y
su casamiento con la Mulata, Catalina lo convierte en enano, pero
después cambia de parecer, cuando, celosa de las atenciones que le
da la enana Huasanga, lo transforma en gigante.
Esta acción y el llanto de Huasanga
causan un terremoto en el que Cashtoc convoca a sus legiones y lo
expulsa junto a todos los hechiceros de Tierrapaulita, destruyendo a
la ciudad en el proceso. Cashtoc vacía el pueblo porque se da cuenta
que ha llegado el diablo cristiano Cadanga y con él todos los que
demandarán generaciones egoistas que se olviden que están hechos de
maíz.
Yumí y Catalina, junto a otras brujas,
magos y hechiceros, se oponen a Cashtoc y regresan a Tierrapaulita,
solo para encontrar que sus poderes ya no funcionan ahora que
Cadanga, el diablo cristiano, domina. En una ceremonia tenebrosa,
Yumí, disfrazado de indígena con viruela, representando al diablo
cristiano Cadanga, se enfrenta a la Mulata, en forma del nuevo
sacristán, representando a Cashtoc. Reconociéndose ambos a pesar de
sus disfraces, Yumí y la Mulata se enfrentan en una batalla de
ingenio, en el que la Mulata, para salvar a Yumí (que se ha
convertido en puercoespín y está peleando con el religioso, que se
ha convertido en araña de once mil patas), retoma su forma y con
rocío mágico inmoviliza a los combatientes. En una misa posterior,
la Mulata se casa con Yumí (todavía puercoespín) para una
eternidad de muerte.
Como castigo por su traición, Cashtoc
le quita a la Mulata una pierna, un ojo, una oreja, una mano, un
labio, una teta, y la suelta como culebra. Cashtoc y sus legiones
recuperan nuevamente Tierrapaulita, dejandola a ella y sus habitantes
en manos del diablo cristiano Cadanga, que incita a la población a
tener hijos porque su infierno necesita más almas.
La novela finaliza con el horrible
cataclismo en el que Tierrapaulita y todos sus habitantes son
destruidos por terremotos y erupciones volcánicas. Yumí y Catalina
son aplastados, y la Mulata, completa nuevamente pero sin poderes,
abre el cuerpo de Yumí para sacar sus huesos dorados bajo la luz de
la luna. Solo el sacristán sobrevive, en el hospital los doctores no
saben que tipo de lepra tiene, si es que es lepra.
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