Pedro Páramo es una de las novelas
mexicanas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. En
episodios que recuerdan varios mitos universales, y con personajes
mexicanos que evocan a Odiseo, Telémaco, Edipo, Electra y otros,
Rulfo habla de personas que buscan identidad en el amor, orígenes
familiares y relaciones interpersonales.
Juan Preciado es enviado por su madre,
Dolores, a encontrar a Pedro Páramo, el padre que nunca conoció.
Páramo abandonó a Juan y a Dolores antes de que naciera Juan. El
medio hermano de Juan, Abundio, lo guía a Comala, ubicada "en
la boca del infierno", donde los fantasmas hablan desde la tumba
para describir la siniestra influencia de Pedro Páramo en la ciudad
y sus habitantes. Juan muere sin descubrir su identidad, ya que nunca
conoce a su padre. Páramo murió años antes de la llegada de Juan,
asesinado por su hijo Abundio.
Entre las voces fantasmales de Comala
está la de Susana San Juan, la novia de la infancia de Páramo y la
obsesión de su vida. Cuando la joven Susana se fue de Comala junto a
su padre, Bartolomé, Páramo esperó treinta años por su regreso.
Cuando reapareció, estaba psicológicamente perturbada por una
relación incestuosa que Bartolomé le había impuesto. En su
delirio, Susana confunde a Bartolomé y Páramo con un tercer hombre:
Florencio. Florencio es el marido de Susana, o tal vez es una
sublimación de la figura paterna en la mente de Susana. Susana
encuentra felicidad y satisfacción en fantasías sobre su relación
con Florencio. Su locura la hace inaccesible para Páramo. Al igual
que Juan, Páramo muere sin encontrar la identidad que busca, en el
caso de Páramo, en el amor de Susana San Juan.
La novela de Rulfo se presenta en dos
secciones. En la primera, que no tiene cronología, el punto de vista
es el de Juan Preciado, que está muerto cuando comienza la novela.
La segunda sección tiene un narrador omnisciente que cuenta la
historia de Comala desde la infancia de Páramo hasta el momento de
su muerte. Así, el tiempo de la segunda sección es anterior al de
la primera.
Los fragmentos de Pedro Páramo son
como los pedazos de un espejo roto. Reflejan los personajes, sus
relaciones y sus identidades. Depende del lector reconstruir el
espejo para descubrir la verdad reflejada en él.
Estás viendo uno de los momentos más increíbles de la historia de la humanidad. Esos son Neil Armstrong y Buzz Aldrin, caminando en la Luna. Bueno, tal vez has visto este clip antes, pero piensa en eso por un segundo: están en la Luna. Un cuerpo celeste a más de 300,000 kilómetros en el espacio exterior. Esa distancia es como volar alrededor de la Tierra 9 ½ veces.
Millones de personas en todo el mundo observaron el 16 de julio de 1969, cuando el Apolo 11, con los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins despegó desde el Cabo Kennedy, Florida, y desapareció en el cielo. Fue el punto culminante de años de preparación e investigación, y el momento cumbre de la llamada "carrera espacial" entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, una rivalidad de años compitiendo por la supremacía en la exploración espacial. Durante los ocho días siguientes al lanzamiento, el mundo esperaba el regreso de los que serían héroes. Entonces, ¿qué pasó realmente entre aquí y aquí?
Comencemos con los componentes de la nave que fueron descartados uno por uno hasta que esto se convirtió en esto. Este es el cohete que envió a los astronautas al espacio: el Saturno V. Cada una de las tres etapas del Saturno V jugó un papel diferente en el lanzamiento de Apolo en el camino a la Luna; llegaremos a eso más adelante. En la parte superior del cohete está la mera nave espacial Apolo. Se compone de tres partes también. Está el módulo Lunar, el componente que eventualmente descendería en la superficie Lunar, el módulo de servicio, que tenía sistemas de propulsión para correcciones de rumbo y entrar y salir de la órbita, y el módulo de comando, donde los tres astronautas pasaron la mayor parte de la misión. Y por último, pero no menos importante, este es el sistema de escape de lanzamiento, que fue diseñado para extraer el módulo de comando del cohete si algo salía mal durante el lanzamiento. Juntas, todas estas piezas conformaron el cohete Saturno V y la nave espacial Apolo 11. Pero es la forma en que se separaron lo que hizo posible el aterrizaje en la Luna.
La primera etapa del Saturno V lanzó al Apolo, transportando la nave a 67 kilómetros sobre la Tierra y alcanzando una velocidad de aproximadamente 10,000 kilómetros por hora. La primera etapa se desprendió, y una vez que la segunda etapa de Saturno V dio inicio, el ahora innecesario sistema de escape de lanzamiento también fue eliminado. La segunda etapa impulsó a la nave espacial incluso más lejos y más rápido hacia el espacio, y después de que se separara, la tercera etapa del cohete se encendió brevemente para empujar al Apolo a una órbita de estacionamiento, 165 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Ahí, se hicieron los controles finales, y el Saturno V volvió a dispararse para poner al Apolo en rumbo a la Luna, en un movimiento llamado "inyección translunar".
Una vez que la nave espacial se alejó de la Tierra, el trabajo del Saturno V terminó. Ahora los astronautas debían realizar una maniobra en pleno vuelo para reconfigurar la nave para que la tripulación pudiera acceder al módulo Lunar, que había sido almacenado en un compartimento protector durante el lanzamiento. Para hacer esto, los módulos de comando y servicio se separaron y giraron 180 grados, acoplándose con el módulo Lunar y extrayéndolo. En el proceso, desacoplaron la tercera etapa, ahora inútil, del cohete Saturno. Todo este proceso de lanzamiento de alto riesgo sólo tomó alrededor de 3 ½ horas y este — la nave espacial Apolo completada — fue el resultado final.
Durante los siguientes tres días, el Apolo se deslizó por el espacio. Hasta que finalmente alcanzó su objetivo y fue puesto en órbita por la gravedad de la Luna. Aquí es donde la tripulación se separa. Armstrong y Aldrin se transfirieron al módulo Lunar, el Eagle, y descendieron lentamente hacia la superficie. Mientras que Collins continuaba rodeando la Luna en el módulo de comando, el Columbia. Ahora viene otra parte difícil: descender en la Luna. Para hacer realidad este momento histórico, el módulo Eagle giró y usó su motor para desacelerar su impulso y, finalmente, aterrizar en la superficie Lunar. “El módulo ha aterrizado.”
La caminata Lunar fue transmitida en vivo por televisión, inmortalizando las palabras de Neil Armstrong: "Es un paso pequeño para el hombre, un gran salto para la humanidad". “Creo que no escuché bien las palabras de Neil.” “'Un paso pequeño para el hombre', pero no escuché la segunda parte...” Luego de aproximadamente 21 horas y media en la Luna, el Eagle realizó el primer despegue desde un cuerpo celeste fuera de la Tierra, dejando su tren de aterrizaje detrás y sincronizando su ascenso con la órbita Lunar del Columbia para volver a unirse a la nave espacial. Una vez que Armstrong y Aldrin se transfirieron de nuevo al módulo de comando, el módulo Lunar ya no era necesario.
Al igual que antes, el Apolo necesitaba salir de la órbita. Esta maniobra se llama inyección transterrestre, y comenzó el viaje de 2 ½ días a casa. Al acercarse a su punto de entrada en la atmósfera de la Tierra y no necesitar más sus motores de propulsión, el Apolo abandonó el módulo de servicio y se preparó para el reingreso, protegido por el escudo térmico ahora expuesto en la parte inferior del módulo de comando. “El Apolo arde a través de los cielos, regresando a la Tierra a 40,000 kilómetros por hora.” Los paracaídas se desplegaron y el Columbia cayó de manera seguraen el Océano Pacífico. Y lo que una vez fue un gigante de 3,000 toneladas de cohete, combustible y carga se redujo a esto. Un pequeño módulo de comando que flota en el océano, con tres astronautas y muestras de rocas recolectadas de la superficie de la Luna.
1 docena de remolacha pequeña o 6 grandes
1 libra de zanahoria en cuadritos
1 libra de ejote cortado en cuadritos
1 libra de arveja
1 coliflor grande paritda en pedazos pequeños
1 repollo mediano cortado no muy fino
1/2 libra de col de Bruselas
1 frasco pueño de cebollas curtidas
3 pacayas tiernas o un bote pequeño de pacayas encurtidas
1 taza de vinagre blanco
1 taza de azúcar
1 pedacito de jengibre
1 cebolla grande
1 taza de aceite de oliva
1 ajo entero pelado
4 onzas de alcaparra
4 onzas de aceitunas
Pimienta en polvo al gusto
Orégano en polvo al gusto
Laurel y tomillo al gusto
Preparación
Un día antes
Lavar y cepillar bien la remolacha, cocer con agua con sal junto al jengibre. Reservar el agua. Partir en cuadros.
Cocinar toda la verdura al vapor o con la menor cantidad de agua posible, sal, laurel y tomillo. Aprovechar la misma agua para cocinar la coliflor, el repollo y las Bruselas. Cocer la zanahoria, la arveja, el ejote, todas por separado, aunque en la misma agua ppara evitar que pierdan sabor. La zanahoria es mmás fácil cocerla primero y luego partirla en cuadritos.
Cocinar por aparte las pacayas, cambiando el agua al menos dos veces para evitar lo amargo.
Rodajar la cebolla finamente y sofreír con aceite de oliva y el ajo entero a fuego suave durante cinco minutos. Añadir vinagre, laurel y tomillo. Dejar hervir por un par de minutos más, retirar del fuego y dejar enfriar con la olla tapada para que se curta. Retirar el ajo.
Mezclar las verduras cocidas y frías en un recipiente grande. Agregar las aceitunas, las alcaparras y las cebollas encurtidas. Si a la verdura le hiciera falta sal, no lave las alcaparras, de lo contrario ponerlas en un colador y pasarlas por agua.
Disolver azúcar y vinagre en el agua caliente donde se cocieron las remolachas. Sazonar el agua con pimienta al gusto, dejar enfriar. Verterla encima de la verdura, al igual que la cebolla curtida.
Añadir orégano en polvo. Revolver con paleta de madera, tapar y refrigerar. Reservar el resto del agua de la remolacha sazonada, por si el curtido queda seco.
Ingredientes del fiambre
6 Burifarras
6 Chorizos negros
6 Chorizos colorados
6 Longanizas
6 Salchichas
1/2 libra de posta de cerdo
1/2 libra de mortadela
4 onzas de salami
4 onzas de jamón
1/2 libra de lengua salitrada
1 queso de capas
Decoración
1/2 libra de queso amarillo en rodajas
1 frasco pequeño de elotíos enteros
1 frasco pequeño de pepinillos
3 huevos duros en rodajas
6 rábanos
1 lechuga
1/4 de manojo perejil
6 chiles pimientos
1 lata de espárragos verdes
1 queso de capas
4 onzas de queso seco en polvo
Preparación
Rodajar butifarras, el chorizo negro, el chorizo rojo, la longaniza y las salchichas. Dejar enfriar, refrigerar.
Refrigerar la posta de cerdo desmenuzar y deshilachar.
Partir en tiras la mortadela, el salami y el jamón.
Cortar la lengua salitrada en tiras.
Cortar las sardinas en pedazos pequeños.
Cortar el queso de capas en cuadros y el kraft tiras.
Cortar a la mitad a lo largo 1/4 de los elotíos, y rodajar 3/4 de los pepinillos.
Lavar y secar los rábanos, la lechuga, el perejil y el chile pimiento.
Colocar en el plato una capa de butifarras, chorizo negro, chorizo rojo, longaniza, las variedades de salchicha, bolovique, posta de cerdo, lengua salitrada, mortadela, salami, jamón, una cucharada de sardina en tomate, queso de capas, elotíos rodajados, pepinillos rodajados y un poco de queso seco.
Colocar una capa de curtido.
Alternar nuevamente las capas hasta llegar al borde del recipiente.
Colocar lechuga en la base del recipiente.
Adornar con embutidos, carnes, quesos, huevo, elotíos y pepinillos partidos, rábano partidos en forma de flor, espárragos enteros, perejil, chile pimiento y un poco de queso seco.