domingo, 20 de enero de 2019

Eclipse de Luna, Miguel Angel Asturias

En el jardín habíamos
esperado la #luna.
Entre las hojas
el ruido del viento
dejaba una música de sueño
y las nubes, muy altas,
se recostaban
unas sobre otras,
como almas cansadas.

La #luna mareada
entre las nubes, porosa,
pálida como piedra pómez
en un cielo aceite;
las estrellas borradas,
ilegibles letras de oro
de un himnario antiguo.

El esplendor de la #Luna
no permitía pensar
que era de noche.
Sólo parecía que el día
se había enfriado,
pero que seguía igual.
La luna es ciega,
mucha luz, pero no ve nada.

La #luna había caído
en una lenta luz podrida
en un cielo abombado,
lloroso de relente.
Gran hormiguero de hormiga negra,
cuando se va volviendo oscura.

Gran hormiguero
de hormiga colorada o doradiosa,
cuando brilla como ahora.

¡Luna colorada!… ¡Luna colorada!…

El resplandor naranjo de la #luna rojiza
regaba tenue claridad de fuego dulce...

Bermejos bajo la #luna color de acerola.

La luna al rojo vivo daba luz de brasa,
color de brea raleada por el rescoldo
de la luna que ardía como bola de fuego.

El enorme disco ensangrentado
como si guerrearan en la luna
y hubiera muchos heridos…

El coágulo de sangre de la #luna colorada,
hombre que se carea con la luna ensangrentada.

La luna es ciega,
mucha luz, pero no ve nada.