lunes, 19 de octubre de 2015

"Maldoblestar" de Miguel Angel Asturias

Entrevista de Domingo Miliani con Arturo Uslar Pietri, grabada el 12 de mayo y publicada el 16 de mayo de 1976, en El Nacional. Caracas, p. D-1

DM: ¿Usted recuerda la frase con que comienza El señor Presidente?

UP: Me la sé de memoria, porque se la escuché a Miguel Angel ochocientas veces. Dice: 'alumbra lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre...' Y después añade: 'maldoblestar de la luz en la sombra, e la sombra en la luz'. Ese maldoblestar es producto de algo muy gracioso. Un día estábamos hablando del empobrecimiento general del español; se había empobrecido, pero había sido muy rico en los comienzos. Luego había caído en una pobreza retórica y gramática muy grande. Yo le decía que una de las cosas que revelaban la riqueza inicial del castellano y de la libertad con que lo usaban, algo que luego se perdió, eran los libros que hizo publicar Alfonso X El Sabio y, particularmente, la 'General Estoria' y las 'Siete Partidas'. Leyendo las 'Siete Partidas' uno se quedaba asombrado de cómo usaban la lengua; la riqueza, variedad y propiedad con que la usaban de una manera creadora, espontánea, con una especie de juego del valor de las palabras y le decía yo a Miguel Angel una frase que había encontrado leyendo las 'Siete Partidas' -ya no recuerdo en qué punto-; allí, en lugar de decir 'de cualquier naturaleza que fuese', dice: 'de cualnaturaquier que fuese'. Miguel Angel se impresionó mucho y de ahí salió el 'maldoblestar' que escribió luego en 'El Señor Presidente'".

viernes, 2 de octubre de 2015

"PLEGARIA" por Miguel Angel Asturias

Hoy te ruego Señor de los señores
por los pobres que no tuvieron pan,
por Guatemala do anidan los dolores
que en nuestra mente jamás se borrarán.

Por las madres que lloran sin consuelo
perdidas a la sombra de las ruinas,
por los niños que están muertos de hielo,
por tantos corazones con espinas.

Por todos los que duermen olvidados
bajo escombros, el eterno sueño
¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús de los cansados!
que descansen en paz, ya eres su dueño.

Por la viuda que vive solitaria
en los campos piadosos y sombríos,
por todos hoy elevo mi plegaria
pidiéndote también ¡ay! por los míos.

Por esa tierra que desigual creciera
hoy te pido gimiente, nazareno;
fue destruida en plena primavera
más es tu voluntad ¡no la condeno!