Comienza la secuencia de ignición…
6, 5, 4, 3, 2, 1, 0… Todos los motores en marcha.
¡Despegue! Hemos despegado.
Hola, soy Mike Collins, astronauta de la misión Apolo 11. Hace 50 años, me embarqué con Neil Armstrong y Buzz Aldrin en una aventura que los llevó a la superficie de la Luna por primera vez en la historia de la humanidad. Yo me quedé en órbita a 96 kilómetros de distancia en el módulo de mando. Ese módulo nos llevaría de regreso a casa.
En la mañana del 16 de julio de 1969, luego de un buen desayuno, despegamos en un cohete. Neil, Buzz y yo teníamos una enorme responsabilidad.
Para que el ser humano pudiera llegar a la Luna, se necesitó la ayuda de aproximadamente 400,000 personas: desde ingenieros y programadores informáticos hasta quienes cosieron los trajes espaciales herméticos.
La computadora de a bordo nos parecía muy sofisticada, pero su potencia informática era bastante inferior a la tecnología que llevamos hoy en día en el bolsillo. La NASA trabajó con tres antenas en la Tierra: una en España, una en Australia y una en California (EE.UU.), por lo que nuestro equipo en Houston podía vernos en cualquier momento y guiarnos en nuestras trayectorias sin depender de la rotación de la Tierra.
Estábamos constantemente expuestos a la luz solar entre la Luna y la Tierra. Para regular la temperatura del Apolo 11, teníamos que realizar una maniobra que algunos llaman "rotación de parrilla", ya que rotábamos como un pollo al asador.
La primera vez que vimos la Luna de cerca fue un espectáculo inolvidable. Era enorme. Por detrás, el Sol parecía una cascada y formaba un halo dorado que iluminaba por completo la ventana de la nave. Por más impresionante que fuera la vista desde cerca de esta Luna tan nueva, no se comparaba con la de la Tierra en miniatura. Ese fue el espectáculo principal: ver la Tierra desde lejos.
Luego de un descenso tenso, en el que casi se agota el combustible, Neil Armstrong y Buzz Aldrin aterrizaron en la Luna el 20 de julio de 1969.
Houston, aquí base Tranquilidad. El Águila ha alunizado.
Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad.
Neil y Buzz colocaron una bandera de Estados Unidos y una placa con el siguiente mensaje: "Aquí, habitantes del planeta Tierra pisaron la Luna por primera vez en julio de 1969 d.C. Vinimos en son de paz, en nombre de la humanidad".
Detrás de la Luna, estaba yo. Completamente solo, aunque no me sentía solo. De un lado, había 3,000 millones de personas más dos astronautas y, del otro, solamente yo.
Me sentía muy cómodo allí atrás. Hasta tenía café caliente para tomar.
Regresamos a la Tierra el 24 de julio de 1969 y aterrizamos en el océano Pacífico. Nos invitaron a hacer una gira internacional, y me sorprendió que, en todos los lugares donde estuvimos, el público decía: "Lo logramos. Nosotros; ustedes y yo. Los habitantes de este maravilloso planeta Tierra. Lo logramos".
Houston, aquí Mike Collins en el Apolo 11. Muchas gracias por acompañarme. Cambio y fuera.
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