viernes, 7 de junio de 2024

Epístola de la Conectividad: Carta a los Creyentes en la Era Digital

por JOSÉ SAMUEL MÉRIDA

1 Os escribo a vosotros, amados míos, con un corazón lleno de amor y un ferviente deseo por vuestra firmeza en la fe, sabiendo las múltiples tentaciones y desafíos que os acosan en esta presente era. 2 Pues he aquí, habitamos en un tiempo como ningún otro, en el cual los límites de nuestra habitación se han extendido sin medida, y nuestras comunicaciones llegan hasta los confines de la tierra por medio de maravillosos dispositivos y redes invisibles.

3 No obstante, en esta época de conectividad sin precedentes, recordemos y mantengámonos firmes en la verdad de la omnipresencia de Dios. Porque está escrito: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?" (Salmo 139:7). 4 Sí, aunque naveguemos los reinos digitales, el Señor nuestro Dios está siempre con nosotros, y Su Espíritu permea todos los espacios, tanto visibles como invisibles.

5 ¿No sabéis que el Señor está cerca de todos los que le invocan de veras, sin importar el medio a través del cual nuestras voces se elevan hacia Él? 6 Porque nuestro Dios, quien es el mismo ayer, hoy y por los siglos, no está limitado por las restricciones del tiempo y el espacio, ni por las herramientas de la invención humana. 7 Como está escrito: "Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos" (Proverbios 15:3).

8 En este sentido, amados míos, seamos siempre conscientes de nuestra conducta en la esfera digital. 9 Pues aunque interactuemos unos con otros a través de pantallas y señales, estamos sujetos a los mismos mandamientos de amor y justicia que en nuestras interacciones cara a cara. 10 Ninguna palabra corrompida salga de vuestros dispositivos, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes (Efesios 4:29).

11 Además, considerad cómo esta vasta conectividad nos brinda la oportunidad de extender la comunión de los santos y la proclamación del Evangelio a todas las naciones. 12 Porque ahora, más que nunca, la Palabra del Señor puede correr velozmente y ser glorificada (2 Tesalonicenses 3:1), alcanzando corazones y mentes a través de grandes distancias. 13 Por tanto, seamos diligentes en utilizar estos medios para el avance del reino de Dios, compartiendo Su amor y verdad con un mundo en desesperada necesidad.

14 Amados, en medio de esta era digital, no dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre (Hebreos 10:25). 15 Ya sea reunidos en santuarios físicos o a través de asambleas virtuales, apreciemos los lazos de comunión y la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (Efesios 4:3). 16 Porque nuestro Dios es un Dios relacional, deseando comunión con Su creación, y nosotros, hechos a Su imagen, somos llamados a relaciones significativas los unos con los otros.

17 Por lo tanto, esforcémonos por fomentar conexiones que reflejen el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo. 18 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo (Gálatas 6:2), aun cuando os comuniquéis por medios digitales. 19 Estemos presentes en nuestras interacciones, escuchando con compasión y hablando con amabilidad, para edificarnos unos a otros en la santísima fe.

20 Y ahora, hermanos queridos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de Su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados (Hechos 20:32). 21 Que el Señor dirija vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo (2 Tesalonicenses 3:5), mientras navegáis las complejidades de este mundo interconectado. 

22 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

miércoles, 5 de junio de 2024

Revelación Progresiva: La Transformación de Dios en las Escrituras

La representación de Dios en la Biblia evoluciona significativamente con el tiempo, reflejando los contextos cambiantes y las percepciones teológicas de sus autores humanos. Este ensayo dibuja el desarrollo del entendimiento bíblico de Dios desde los primeros períodos patriarcales y mosaicos hasta el Nuevo Testamento, resaltando los cambios clave que parten de un Dios de castigo y violencia hasta un Dios de amor y misericordia.

Período Patriarcal y Mosaico Temprano (aprox. 2000–1400 a.C.)

En las narrativas bíblicas más tempranas, Dios es principalmente descrito como un juez castigador y ejecutor de la voluntad divina, a menudo a través de actos de violencia. Este período incluye historias como el relato del Diluvio en Génesis, donde Dios decide purificar la tierra de su corrupción mediante un diluvio cataclísmico: "Y dijo Dios a Noé: 'He decidido acabar con todos los seres humanos, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos. ¡Voy a destruirlos junto con la tierra!'" (Génesis 6:13). La comprensión de Dios durante este tiempo está influenciada por la necesidad de mantener el orden en un mundo de nómadas lleno de caos moral. Las acciones divinas reflejan un Dios profundamente preocupado por la justicia y la erradicación del mal.

La representación de Dios como un juez castigador en las primeras historias bíblicas refleja la necesidad humana de orden moral en un mundo caótico. En contraste, Jesús encarna una comprensión radicalmente diferente de lo divino, enfatizando el amor, la compasión y el perdón sobre la retribución y la violencia.

Período de la Conquista (aprox. 1400–1100 a.C.)

A medida que los israelitas entran y se establecen en Canaán, la representación de Dios cambia a un guerrero divino que asegura la pureza y seguridad de Su pueblo mediante órdenes de exterminación. Este período se caracteriza por la narrativa de la conquista de Jericó, donde Dios ordena a los israelitas destruir a todos los habitantes de la ciudad: "Y todo lo que había en la ciudad lo dedicaron al Señor para destrucción; tanto hombres como mujeres, jóvenes y viejos, aun los bueyes, las ovejas y los asnos, a filo de espada" (Josué 6:21). Esta representación de Dios como un guerrero está arraigada en el contexto socio-político de establecer una identidad nacional distintiva en medio de vecinos hostiles. Los actos de violencia divina sirven para proteger y consolidar la incipiente comunidad israelita.

El libro de Josué ilustra esto con la conquista de Jericó (Josué 6:21), donde el mandato de Dios para la destrucción de la ciudad subraya Su papel como guerrero divino. Esta representación sirvió para legitimar la conquista y supervivencia de los israelitas en un entorno hostil. Sin embargo, esta imagen militar de Dios contrasta fuertemente con el mensaje de paz y amor de Jesús, resaltando una transformación significativa en la comprensión de la naturaleza de Dios.

Período Monárquico (aprox. 1000–586 a.C.)

Durante el período monárquico, aunque persiste la imagen de Dios como guerrero, hay un énfasis creciente en la fidelidad al pacto. El establecimiento de la monarquía davídica introduce nuevas dimensiones teológicas, especialmente las promesas perdurables de Dios a David y sus descendientes: "Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino... y afirmaré para siempre el trono de su reino... Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente" (2 Samuel 7:12-16). Este período destaca la lealtad de Dios y su compromiso con Su pacto, sugiriendo un aspecto más relacional del carácter de Dios, entrelazado con temas de justicia y realeza.

En este contexto, Dios es representado como un rey soberano y legislador, apoyando la estructura política y enfatizando la fidelidad al pacto y la justicia. El pacto de Dios con David (2 Samuel 7:12-16) destaca el reinado y una dinastía eterna, alineando el apoyo divino con la monarquía. Mientras que Jesús también es representado como rey, Su reinado es espiritual y universal, centrándose en el servicio y la humildad en lugar del poder político. La necesidad de estabilidad política y legitimidad durante la monarquía llevó a representaciones de Dios que enfatizaban el apoyo divino al rey y la unidad nacional.

Período Profético (aprox. 800–400 a.C.)

La literatura profética marca un cambio significativo hacia un entendimiento más compasivo y pacificador de Dios. Profetas como Oseas e Isaías enfatizan el amor de Dios y su deseo de justicia social. Oseas, por ejemplo, retrata a Dios con profunda compasión: "Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo... Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos... con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor..." (Oseas 11:1-4). Este cambio es influenciado por las crisis socio-políticas de la época, incluyendo el declive moral y las amenazas externas, que llevaron a los profetas a llamar al arrepentimiento y al retorno a una relación justa y compasiva con Dios. Los mensajes proféticos a menudo yuxtaponen el castigo divino con una profunda esperanza de restauración y paz.

En este tiempo, la representación de Dios cambió para enfatizar la compasión y la justicia. Profetas como Isaías y Oseas retrataron a Dios como deseoso de justicia social y comportamiento ético, llamando a la compasión y la misericordia. Por ejemplo, el llamado de Isaías a la justicia: "Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda" (Isaías 1:17) y la representación del amor de Dios por Oseas (Oseas 11:1-4) reflejan a un Dios profundamente preocupado por el estado moral de Su pueblo. Este énfasis en la compasión y la justicia se alinea estrechamente con las enseñanzas de Jesús sobre el amor, la misericordia y la justicia, indicando un cambio significativo en la comprensión de la naturaleza de Dios para abordar directamente los problemas sociales.

Período Exílico y Post-Exílico (aprox. 586–400 a.C.)

El Exilio Babilónico y el subsiguiente retorno a Jerusalén afectan profundamente la perspectiva teológica, enfatizando la misericordia de Dios y su deseo de arrepentimiento y vida. La experiencia del exilio lleva a reflexionar sobre la justicia y misericordia divinas, como se ve en la declaración de Ezequiel: "Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?" (Ezequiel 33:11). El período post-exílico continúa centrándose en temas de restauración y nuevos comienzos, destacando a un Dios dispuesto a perdonar y restaurar a Su pueblo a pesar de sus fallas.

Durante este tiempo, la representación de Dios enfatizaba la misericordia y el perdón, deseando el arrepentimiento y la renovación. Los mensajes de los profetas sobre un nuevo pacto: "Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón... y nunca más se dirá: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande" (Jeremías 31:33-34) y llamados al arrepentimiento: "Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor omnipotente—, no me agrada ver morir a nadie. ¡Arrepiéntanse y vivirán!" (Ezequiel 33:11) subrayan esta representación. Este énfasis en la misericordia y la posibilidad de renovación resonaba profundamente con las experiencias traumáticas del exilio y la esperanza de restauración. Los temas de misericordia, perdón y un nuevo pacto resuenan con el mensaje de Jesús, quien enfatizó estos aspectos de la naturaleza de Dios en Sus enseñanzas.

Período del Nuevo Testamento (aprox. 4 a.C.–100 d.C.)

El Nuevo Testamento representa la culminación del entendimiento bíblico de Dios, enfatizando la naturaleza de Dios como fundamentalmente amorosa y redentora. Este período está marcado por la vida y enseñanzas de Jesucristo, quien revela el amor y la inclusividad de Dios de maneras sin precedentes. El Evangelio de Juan encapsula este cambio: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él" (Juan 3:16-17). La representación del Dios del Nuevo Testamento se centra en el amor, el perdón y la reconciliación, como se ejemplifica en las enseñanzas y muerte sacrificial de Jesús.

El Nuevo Testamento revela una comprensión más plena y profunda de Dios como amor, caracterizado por la gracia, la misericordia y el amor sacrificial. La vida y enseñanzas de Jesucristo proporcionaron una representación más completa e inclusiva de Dios. Pasajes como: "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad" (Juan 1:14) y "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16-17) presentan el amor de Dios y su propósito redentor a través de Jesús, enfatizando a un Dios que está profundamente involucrado en el mundo, ofreciendo salvación y reconciliación a toda la humanidad. Esta representación contrasta con las imágenes anteriores de Dios como guerrero o rey soberano, centrándose en cambio en un mensaje de amor y redención universal.

Conclusión

El contexto social de cada período influenció significativamente cómo los escritores bíblicos retrataron a Dios. Estas representaciones a menudo reflejaban las necesidades inmediatas y las circunstancias de su tiempo, dando lugar a interpretaciones variadas que satisfacían las necesidades existenciales, políticas y sociales de sus comunidades. Sin embargo, la revelación más completa en Jesucristo, caracterizada por el amor, la gracia y la redención universal, ofrece una comprensión más extensa que trasciende estas representaciones anteriores, limitadas por el contexto. Esta evolución en el entendimiento subraya el concepto de revelación progresiva, donde la naturaleza inmutable de Dios se revela gradualmente a la humanidad de formas cada vez más profundas y amplias. El recorrido desde un entendimiento más rudimentario hacia una revelación más completa en Cristo invita a los creyentes a interpretar las Escrituras con una hermenéutica centrada en Cristo, reconociendo tanto la inspiración divina como los contextos humanos que dan forma a la narrativa bíblica. Este enfoque no solo respeta la profundidad histórica de la Biblia, sino que también se alinea con la naturaleza consistente e inmutable de Dios, como finalmente se revela en Jesucristo.

viernes, 17 de mayo de 2024

Versículos del Antiguo Testamento que Apuntan a Jesús o el Evangelio

En esta colección de versículos del Antiguo Testamento, vamos a explorar cómo estos textos nos hablan sobre Jesús y el mensaje del evangelio. Cada versículo que hemos seleccionado nos muestra cómo Dios estaba preparando el camino y cumpliendo sus promesas mucho antes de que Jesús llegara. Desde las profecías hasta los temas centrales sobre la salvación, estos versículos nos muestran el amor y la fidelidad de Dios a lo largo de la historia. Al mirar estos versículos, podremos ver cómo todo el Antiguo Testamento apunta hacia Jesús y su obra redentora.

  1. Génesis 3:15 - "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar."

    • Este versículo prefigura la victoria de Jesús sobre Satanás, así como el concepto del Mesías derrotando al mal.
  2. Éxodo 12:13 - "Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto."

    • La sangre del cordero pascual simboliza la salvación y protección, prefigurando la muerte sacrificial de Jesús y la redención de los creyentes.
  3. Levítico 17:11 - "Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona."

    • Este versículo establece la importancia de la expiación por sangre, un concepto central en el papel de Jesús como el sacrificio expiatorio definitivo.
  4. Números 21:8-9 - "Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre un asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía."

    • Jesús se refirió a este evento en Juan 3:14-15, comparándose a sí mismo con la serpiente de bronce levantada para la sanidad de la gente, simbolizando su propia muerte sacrificial para la salvación de la humanidad.
  5. Deuteronomio 18:15 - "Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis."

    • Este versículo es una profecía sobre la venida de Jesús, quien es reconocido como el profeta supremo y mediador entre Dios y la humanidad.
  6. Josué 1:9 - "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas."

    • Este versículo refleja la seguridad de la presencia y fuerza de Dios, un tema que encuentra su cumplimiento en Jesús como el Emanuel, "Dios con nosotros."
  7. Jueces 6:12 - "Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente."

    • El saludo del ángel a Gedeón refleja el mensaje de Jesús como la presencia divina con sus seguidores, capacitándolos para la batalla espiritual.
  8. Rut 2:12 - "Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte."

    • El concepto de refugiarse bajo las alas de Dios se refleja en las palabras de Jesús, expresando su deseo de reunir a su pueblo como una gallina reúne a sus pollitos bajo sus alas (Mateo 23:37).
  9. 1 Samuel 2:10 - "Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra; dará poder a su Rey, y exaltará el poderío de su Ungido."

    • Este versículo anticipa la venida del Mesías (el Ungido) que reinará como rey y traerá juicio y salvación.
  10. 2 Samuel 7:12-13 - "Y cuando tus días sean cumplidos y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino."

    • Esta profecía se interpreta a menudo como mesiánica, apuntando a Jesús como el Rey eterno de la línea de David que establece el reino de Dios para siempre.
  11. 1 Reyes 8:27 - "Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¡cuánto menos esta casa que yo he edificado!"

    • Este versículo insinúa la naturaleza incomprensible de la presencia de Dios, que se realiza plenamente en Jesús, quien es tanto Dios como hombre y habitó entre la humanidad.
  12. 2 Reyes 2:9 - "Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí."

    • La petición de una doble porción del espíritu de Elías prefigura el derramamiento del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento, capacitando a los creyentes para el ministerio después de la ascensión de Jesús.
  13. 1 Crónicas 17:11-12 - "Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. Él me edificará casa, y yo afirmaré su trono eternamente."

    • Similar a 2 Samuel 7:12-13, este pasaje habla del reinado eterno del Mesías de la línea de David.
  14. 2 Crónicas 7:14 - "Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra."

    • Este versículo enfatiza el arrepentimiento, la oración y el perdón de Dios, todos temas centrales en el mensaje del evangelio proclamado por Jesús y sus discípulos.
  15. Esdras 9:8 - "Y ahora por un breve momento ha habido misericordia de parte de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un remanente libre, y para darnos un lugar seguro en su santuario, a fin de alumbrar nuestros ojos, y darnos un poco de vida en nuestra servidumbre."

    • La idea de la misericordia de Dios, dejando un remanente y proporcionando alivio de la esclavitud, prefigura la libertad y gracia definitiva encontradas en Jesucristo.
  16. Nehemías 8:10 - "Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza."

    • Este versículo habla del gozo y la fuerza encontrados en Dios, un gozo que se cumple en el mensaje del evangelio de salvación a través de Jesús.
  17. Ester 4:14 - "Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?"

    • Aunque no se refiere explícitamente a Jesús, este versículo refleja el papel providencial que juegan las personas en el plan de Dios para la salvación y liberación, un tema que se realiza plenamente en la obra redentora de Jesús.
  18. Job 19:25-27 - "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí."

    • La declaración confiada de Job sobre un Redentor viviente que traerá la redención y la resurrección final resuena con los temas de la victoria de Jesús sobre la muerte y la promesa de vida eterna.
  19. Salmos 2:7 - "Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy."

    • Este versículo se entiende mesiánicamente, apuntando a Jesús como el Hijo de Dios y cumpliendo el decreto de Dios.
  20. Proverbios 8:22-23 - "Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras. Eternamente tuve el principado, desde el principio, antes de la tierra."

    • Aunque no se refiere directamente a Jesús, este pasaje sobre la sabiduría puede entenderse en la teología cristiana como un reflejo de Jesucristo, la encarnación de la sabiduría divina.
  21. Eclesiastés 3:1, 11 - "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora... Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin."

    • Estos versículos hablan del plan divino y la naturaleza eterna de la obra de Dios, temas que encuentran su cumplimiento y claridad en el mensaje del evangelio de Jesucristo.
  22. Cantares 2:10-13 - "Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; levántate, amiga mía, hermosa mía, y ven."

    • Aunque principalmente es un poema de amor, estos versículos a veces se interpretan alegóricamente para representar la relación amorosa entre Cristo (el Esposo) y su Iglesia (la Novia).
  23. Isaías 7:14 - "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel."

    • Esta profecía del nacimiento virginal de Emanuel (Dios con nosotros) encuentra su cumplimiento en el nacimiento de Jesucristo, según lo relatado en el Nuevo Testamento.
  24. Jeremías 23:5-6 - "He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra."

    • Esta profecía apunta a Jesús como el renuevo justo de la línea de David, el Rey que trae salvación y justicia.
  25. Lamentaciones 3:22-23 - "Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad."

    • Este pasaje habla de la fidelidad y el amor de Dios, atributos plenamente manifestados en Jesucristo a través de su muerte sacrificial y resurrección.
  26. Ezequiel 34:23-24 - "Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellas. Yo Jehová he hablado."

    • Esta profecía apunta a Jesús como el Buen Pastor que cuida de su rebaño y reina como Príncipe de Paz.
  27. Daniel 7:13-14 - "Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido."

    • Esta visión del Hijo del Hombre recibiendo autoridad eterna y realeza del Anciano de Días se aplica a Jesús en el Nuevo Testamento, particularmente en el libro de Apocalipsis.
  28. Oseas 13:14 - "De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista."

    • Este versículo habla de la promesa de Dios de redención y victoria sobre la muerte, una promesa cumplida a través de la resurrección de Jesús.
  29. Joel 2:28-32 - "Y después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado."

    • Este pasaje predice el derramamiento del Espíritu Santo, un evento clave en la Iglesia primitiva después de la ascensión de Jesús, cumpliendo la profecía de Joel.
  30. Amós 9:11-12 - "En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos; y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto."

    • Esta promesa de restauración y la reunión de todas las naciones bajo el nombre de Dios encuentra su cumplimiento último en Jesucristo y su reino.
  31. Abdías 1:21 - "Y subirán salvadores al monte de Sion para juzgar al monte de Esaú; y el reino será de Jehová."

    • Aunque el libro de Abdías se centra principalmente en el juicio, este versículo sugiere el futuro reinado del Señor sobre todos los reinos, una realidad realizada en la victoria final de Jesús.
  32. Jonás 2:9 - "Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová."

    • La declaración de Jonás de que la salvación viene del Señor prefigura a Jesús como la fuente de salvación para toda la humanidad.
  33. Miqueas 5:2 - "Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad."

    • Esta profecía señala el nacimiento de Jesús en Belén, cumpliendo la expectativa mesiánica de un gobernante de la línea de David.
  34. Nahum 1:15 - "He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más te pasará el malvado, pereció del todo."

    • Este versículo habla del mensajero de buenas noticias y paz, temas encarnados en Jesucristo como el portador definitivo del mensaje del evangelio.
  35. Habacuc 2:4 - "He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá."

    • Este versículo se cita varias veces en el Nuevo Testamento, destacando la importancia de la fe en la justicia de Dios, un concepto central en el evangelio.
  36. Sofonías 3:17 - "Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos."

    • Este versículo retrata a Dios como el Salvador y Redentor que se deleita en su pueblo, una verdad cumplida en la obra salvadora y el amor de Jesucristo.
  37. Hageo 2:7 - "Y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos."

    • Este versículo insinúa el impacto universal de la obra de Dios, una realidad plenamente realizada en Jesucristo como el deseado Mesías de todas las naciones.
  38. Zacarías 9:9 - "Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna."

    • Esta profecía sobre la entrada humilde del rey justo en un asno se cumple en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, según lo registrado en el Nuevo Testamento.
  39. Malaquías 3:1 - "He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos."

    • Este versículo anticipa la venida del mensajero y del Señor, apuntando a Juan el Bautista preparando el camino para Jesús, el mensajero del nuevo pacto.