¿Qué día? No lo sé.
Al callar yo, velero,
al callar para siempre
tus velas quedarán vacías y sin música.
Apagadas las luces en la proa, en la popa,
los puentes y los mástiles
¿Qué día? No lo sé.
Al callar yo, velero.
viernes, 16 de diciembre de 2016
miércoles, 26 de octubre de 2016
sábado, 17 de septiembre de 2016
Lo mejor de MISIÓN IMPOSIBLE (Latino, 1966-1970)
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miércoles, 31 de agosto de 2016
PESTAÑAS INTERIORES de la primera edición de EL SEÑOR PRESIDENTE (1946)
¡HOY 30 DE AGOSTO se cumplen 70 años de "El Señor Presidente" de Miguel Ángel Asturias! ESTA FUE LA PORTADA EN 1946» pic.twitter.com/1Buyj2nfBC— El Señor Presidente (@presidente_70) 30 de agosto de 2016
EL SEÑOR PRESIDENTE es una
novela que formará época en la literatura americana y mejor si
dijéramos en la humanidad americana, por ser más humana que
literaria, y americana porque circunscrita al país del autor,
Guatemala, y a un periodo histórico determinado, rebasa los limites
de geografía y tiempo, como todas las obras representativas y se
convierte en un libro cuyas páginas traducen, no sólo la angustia
de un pueblo, sino de todos los pueblos que han llorado sal bajo la
maldición de la tiranía; es una novela en que resuenan, como en un
caracol de sacrificios, las voces desgarradas de los pueblos
tribales, sometidos a dictaduras de carácter telúrico,
ilimitadamente perversas; una novela que ha de arrancar a todos los
que la lean, un grito de indignación.
En este libro de Miguel Angel Asturias,
a quien Paul Valéry consagró como uno de los escritores mas
substancialmente americanos, más alejados de los europeos, no
encontrarpa el lector el dulce y amoroso encaje de los seres y las
cosas y los useños que nos ofrece el friso de sus famosas “Leyenads
de Guatemala”; el caprichoso juego de sus fantomimas
jitaanjafóricas “Rayito de Estrella”, “Emulo Lipolidón” y
“Alcasán” ni la “hazaña de investigación poética”, como
llama Alfonso Reyes a su poesía “Sien de Alondra”, que está por
publicarse. EL SEÑOR PRESIDENTE es un libro deolado, cruel,
demasiado cruel; gruesa mar de hechos en la que no se alcanza a ver
más allá del horizonte del desconsuelo. Como en las puertas del
Infierno, en este libro se acaba toda esperanza. Por algo el escritor
poeta le llamó al principio “Malevogle”, nombre dantesco que
después sustituyó por “Tohil”, dios indígena exigente en
sacrificios humanos, para bautizarlos en definitiva con un título
que sintetiza la esencia del despotismo: EL SEÑOR PRESIDENTE. Sólo
cuando los personajes sueñan o se enamoran, el texto es gracioso y
lírico; en todo lo demás el lenguaje está abieto de pan en par a
las más broncas expresiones. La puntuación es arbitraria,
irregular, restringida, imitando así el habla de gnte que apenas
mueve los labios para pronunciar las palabras y que no separa los
elementos de las frrases por ningún signo o pausa, que apenas se
adivina si interroga o exclama, y entrelaza los miembros de la
oración en cadena seguida, bisbiceante, como si sus labios no
hablaran, sino parpadearan.
viernes, 12 de agosto de 2016
RAYITO DE ESTRELLA POR MIGUEL ANGEL ASTURIAS
DE ESTE LIBRO SE TIRARON
10 EJEMPLARES EN PAPEL
DE HOLANDA
RAYITO DE ESTRELLA
POR MIGUEL ANGEL ASTURIAS
PARÍS
1929
FARSANTES
RAYITO DE ESTRELLA
DON YUGO
TOROGIL
RAYITO DE ESTRELLA
Rayito de estrella,
pluma de torcaz;
haz
de trigo
su cabello blondo;
su boca de chayes
partida en dos ayes;
su cuerpo:
saliva, plumitas
y estiércol de nido;
su talle,
sol a media calle;
bajan y se alargan
en remos,
sus senos.
DON YUGO
Don Yugo aparece
y se cuece
desnudo
al sol.
TOROGIL
Torogil, fantasma
del asma,
diómelo prestado
un viejo teclado
de marfil.
PASO PRIMERO
TABLADO
En el cielo la luna con un conejo en la
cara. Las montañas, agarradas de la mano, giran alrededor del
crepúsculo. La noche vuelve al corral entre las vacas. Árboles. La
sangre de la tierra sube hasta las hojas y cae convertida en sombra.
Sobre un charquito vuela un zancudo; no es así, hay correcciones: el
charquito vuela tras el zancudo, como la lente de un sabio.
DON YUGO (Cantando)
Siete veces siete,
ocho veces ocho,
nuev veces nueve,
cantaré la misma canción:
¡Rayito de Estrella,
abre tu piquito,
pon tu huevo de oro
en mi corazón!...
Una anciana se asoma a una puerta. Por
sus harapos y greñas, suben y bajan piojos blancos. Alumbra el sol.
Los harapos se hacen azules y, como en una pecera, los piosos
aumentan de tamaño y se vuelven peces. La anciana es una pecera. Los
peces nadan y nadando forman dentro de ella, una mujer blanca, linda
como no hay dos: Rayito de Estrella.
DON YUGO (Al verla aparecer)
¡Guitarra de pino
con cuerdas de pita,
vuélveme cangrejo!
Al instante desaparece Don Yugo y de la
guitarra sale con dificultad de canción, un cangrejo.
DON YUGO (Convertido en cangrejo)
Señora, el Señor Cangrejo
le pide perdón,
viene para atrás, para atrás,
pues siente que se le sale el corazón.
Un cangrejo,
de que nace
es viejo...
La linda mujer formada por los peces
dentro de la anciana, mueve los labios. Su voz se oye como cuando se
habla dentro de una campana de cristal.
RAYITO DE ESTRELLA
¡Pase, Señor Cangrejo,
pase!
DON YUGO
¡Eres tierra virgen
bajo de guayabos
que destilan miel!
Sube por los pies de la anciana
huesudos como los de un santo antiguo, hacia Rayito de Estrella. Le
sale al encuentro Torogil.
PASO SEGUNDO
TOROGIL (Gritando)
¿Qué modales son esos?
El Señor Cangrejo cambia de color,
palidece del miedo, se pone blanco.
¡Comeremos Sesos!
RAYITO DE ESTRELLA
¡No, cangrejo!
TOROGIL
¿Un cangrejo blanco?
Dónde se ha visto eso...
Son sesos,
comeremos sesos...
RAYITO DE ESTRELLA
¡Es un cangrejo!
TOROGIL
Torogil
comióse una enana
redonda
como una manzana:
¡Quería atrapar
uno de tus peces,
una de tus eses!
RAYITO DE ESTRELLA
¡Búscale pendencia:
el cangrejo está hecho
de tierra y paciencia!
PASO TERCERO
Torogil propone al Señor Cangrejo tres
cuestiones. Le dará la vida y el paso libre hacia Rayito de
Estrella, si sale airoso; si pierde, le matará de un golpe en la
cabeza con una piedra. Hábil como beguina, el Señor Cangrejo sacó
intacto el hilo de una telaraña. Torogil hizo una mala cara, escupió
y propuso la segunda: Retirar la pestaña que molestaba en el ojo a
la aguja más chica de la reina. El Señor Cangrejo, echóse saliva
en las tenazas, acercó los cartuchitos de sus ojos y, lo dicho con
la pestaña que molestaba a la aguja más chica de la reina. La
tercera prueba era la más difícil: Hacer pasar por un tunel una
palabra. Muy sencillo, pensó el Señor Cangrejo, y, tenazas a la
obra, puso ruedas a una palabra alemana y la empujó como un tren por
un tunel...
TOROGIL (Furioso)
¡Más sabe el diablo por viejo!
DON YUGO
Un cangrejo,
de que nace es viejo...
TOROGIL
¡Pase, Señor Cangrejo,
pase!
DON YUGO
Para atrás, para atrás,
siempre para atrás...
La aguja del diablo es i griega
¿Quién lo niega?
Y el cangrejo es anda
en sillas
que andan
en cuclillas...
TOROGIL
Que anda cual los beodos
que chocan de lado y lado...
DON YUGO
Mejor diga usted,
que andan con los codos.
A gatas llegó Don Yugo convertido en
cangrejo hasta Rayito de Estrella; pero su humildad cocinada al sol
sobre la cabeza de los bueyes en digna labor, adquiría
figurativamente sentido de dominación. Don Yugo, que aun en forma de
cangrejo era todo un señor de horca y cuchillo, acercóse
inquebrantable, lleno de imposiciones y dogmático, con la intencón
de someter a leyes, la vida de Rayito de Estrella. De cerca, empero,
no se veían más que peces que enredaban eses, eses y eses, y se oía
más ruido qu el de las aletas al golpear el agua y el de las
burbujas que estallaban antes de entregarse a los rayos de sol,
yuguitos que las perseguían constantes, rectilíneos, ondulantes y
afanosos...
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